Sueños de trenes, de Denis Johnson
♫♫♫ Highwayman - The Highwaymen (Willie Nelson · Johnny Cash · Waylon Jennings · Kris Kristofferson) ♫♫♫
"Grainier también había visto a un caballo de los que salían en las películas, y a un niño-lobo y había volado por el aire en un biplano en 1927. Había empezado la historia de su vida en un trayecto en tren que no recordaba y la terminaba plantado delante de un tren en el que iba Elvis Presley."
Hago mío el argumento que viene en la contraportada de esta novela, más que nada porque le he dado mil vueltas para ver cómo podía resumirlo y realmente viene muy bien condensado cuando cuenta que Robert Grainier es un jornalero del Oeste americano a principios del siglo XX, que cuando la tragedia lo golpea como un mazazo casi insoportable, lucha por ubicarse de nuevo y por encontrar sentido a su vida. Hasta aquí se podría decir que es un argumento mil veces visto, o una historia prototípica y genérica que no dice gran cosa, pero aquí está Denis Johnson para convertir esta historia en algo diferente y único. Se puede decir también que es una obra épica pero inscrita dentro de una individualidad que la convierten al mismo tiempo en una novela sobre todo evocativa y contemplativa. A medida que Robert Grainier va recorriendo América en sus trabajos temporales, no solo el narrador lo contempla desde su intimidad, sino que va mostrándonos un país en continuo cambio, un país que estaba adentrándose en la modernidad.
"Dejaba una fogata encendida hasta tan avanzada la noche como podía y a menudo no dormía hasta el amanecer. Tenía miedo de sus sueños."
Dividida en capítulos que podrían simular postales en miniatura en los que se recorren décadas adelante y atrás dependiendo de sus recuerdos asociados a lo que le ocurre en el presente, lo que de verdad me impacta de esta novela es precisamente que esta estructura simula de alguna forma los sueños. No hay una historia lineal, sino que Denis Johnson nos va presentando una mezcla de momentos en la vida de Grainier en los que mayormente se encuentra con personas que no volverá a ver pero a su vez estos encuentros dan lugar a observaciones y reflexiones que le llevarán a ciertos momentos del pasado, su infancia, y a la tragedia de su vida. A partir de esta tragedia, encontrará paz en la naturaleza, en la soledad y el aislamiento. Los sueños de Grainier se mezclarán con su vida real y llegará un momento en el que este hombre se verá incapaz de separar que ha sido sueño o que es realidad. Oirá voces del pasado en el presente, y se encontrará con niños lobo, y es esta capacidad de Denis Johnson a la hora de mimetizar su escritura en una especie de estilo onírico con la historia que va contando, lo que acaba siendo impactante. Grainier tiene miedo de sus sueños, pero al mismo tiempo está tan mimetizado con ellos, que la realidad estará totalmente difuminada con lo que se agarrará a ellos como si le fuera la vida en ello, y realmente es así, porque a excepción de estos sueños, Grainier es como un muerto en vida.
"Por fin, después de un par de meses viviendo en medio de aquel silencio y aquella soledad, ya únicamente soñaba con su fogata, con atenderla igual que la había atendido justo antes de irse a dormir, con la silueta de su mano y el palo chamuscado de pino que usaba como atizador, y por la mañana le sorprendía encontrarla convertida en ceniza gris y puntas requemadas, puesto que se había pasado la noche entera viéndola arder en sueños."
Esta estructura tan onírica nos revelará lo que un personaje como Robert Grainer lleva dentro: trauma, búsqueda de lugar en el mundo, identidad, memoria. La profundidad psicológica que una novela, aparentemente tan minimalista como ésta encierra, acaba siendo apabullante. La vida de Grainier es la de un hombre modesto, sencillo, profundamente conectado con la naturaleza, así que desde esta perspectiva es una novela íntima y contemplativa, y sin embargo, los encuentros a lo largo de su vida, las historias que le irán contando hombres y mujeres a lo largo de una América de puros supervivientes, convertirán esta novela casi en una obra épica. Es muy complejo lo que consigue plasmar aquí Denis Johnson porque la fusión entre naturaleza y hombre a lo grande, solo recuerdo que lo conseguía con el mismo impacto Cormac McCarthy.
“Le gustaban la grandiosidad que tenían las coas en el bosque, la sensación de estar perdido y lejos de todo y la idea de que, entre tantos árboles que montan la guardia, el peligro jamás lo podría encontrar.”
Tanto los sueños como los trenes (metáforas de sus instantes vitales) aquí sirven de conexión entre la realidad y lo más profundo de la consciencia. Johnson está continuamente difuminando la fina linea entre sueño y realidad, y confieso que es un tema por el que siempre he sentido debilidad, como consecuencia de esto acaba resultando una novela alucinatoria. Mientras la leía me he acordado mucho de la última obra de Cormac McCarthy El Pasajero y Stella Maris porque también me acabó pareciendo una novela alucinatoria en la que era dificíl distinguir entre realidad y sueño. El realismo estricto del que huye Denis Johnson acaba derivando en un realismo en el que destacarán sobre todo la vida interior y la búsqueda de identidad de Robert Grainier. Un hombre que lleva un trauma a cuestas y es gracias a este detalle que gobernará su vida, cómo cómo iremos conociendo a Grainer aunque nunca analice su vida interior o sus emociones porque realmente esta vida de trabajo y supervivencia, esta vida fronteriza a caballo entre mito y realidad, es lo que le ha convertido en un hombre incapaz de expresar sus emociones; desde la tragedia de no volverá a establecer vínculos íntimos, y sin embargo, estos vínculos sí que serán mostrados en pequeños gestos en su día a día en conexión con la naturaleza. El estilo de Denis Johnson es sobrio, contenido, medido, engañoso en el sentido de que parece sencillo pero realmente cada frase encierra un mundo, todo está reducido al mínimo, no hay absolutamente ninguna frase gratuita, cada una de ellas tiene sentido por sí misma en relación a contarnos el interior de Robert Grainier. La vida de Robert Grainier fue casi una vida de silencio, y este silencio es lo que captará la prosa de Johnson: parece tan fácil, pero que difícil debe ser transmitir con palabras el silencio de una vida. Maravilla de novela.
La traducción es de Javier Calvo.
“Ahora dormía bien por las noches, y a menudo soñaba con trenes, y sobre todo con un tren en concreto: el iba a bordo; podía oler el humo de carbón; un mundo entero pasaba por las ventanillas. A continuación se veía a sí mismo de pie en aquel mundo mientras se apagaba el ruido del tren. La frágil familiaridad de aquellas escenas le sugería que procedían de su infancia. A veces se despertaba oyendo cómo el ruido del tren de la Spokane International se disipaba por el valle y se daba cuenta de que había estado oyendo aquella locomotora mientras soñaba.”

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