Ka, de Roberto Calasso
⭐⭐⭐⭐⭐
♫♫♫ Lux Aeterna - Kronos Quartet (Clint Mansell) ♫♫♫
"Cuántos acontecimientos, cuántas historias una dentro de la otra, que en cada juntura esconden otras historias..."
En lo que va de año llevo unos cuantas obras de Calasso, e igual se va convirtiendo este en el año Calasso al igual que el año pasado lo fue el balcánico y el anterior el faulkneriano, sin embargo, Ka no se parece en nada a los anteriores, dos de ellos ensayos ("La marca del editor" y "Cien cartas a un desconocido") en torno a Calasso como editor y El cazador celeste, construido con otra estructura que Ka. En cuánto la empecé no pude quitarme de la cabeza “La camisa de hielo” de Vollmann y el Diccionario Jázaro, de Pavic. Y aunque Ka no es estrictamente una novela sino una colección de historias sobre la mitología hindú, lo que me transportaba tanto a La camisa de hielo es el giro que Calasso le da la mitología, transformándola en una colección de cuentos porque Vollmann abordaba la mitología nórdica novelizándola y mezclándola con el presente, Calasso hace aquí algo muy parecido y no tanto trayendo el presente pero sí sacando a colación ciertos similes occidentales perfectamente conocidos en una especie de salvavidas para no perdernos entre tanto dios hindú, y funciona. De repente, está comparando a Prajapati con Kafka, o comparando a los rsi con Wittgenstein o incluso haciendo una referencia proustiana enlazando las aguas de los textos védicos con las aguas del muelle de Balbec...
"Prajapati era a los dioses lo que el K. de Él Proceso y Castillo de Kafka es a los personajes de Tolstoy o Balzac."
"Entre la palabra y las aguas se interpone un tercer elemento, en el que ambas confluyen y se mezclan: la consciencia, la cruda sensación de quién está despierto y tiene consciencia de estar vivo. Esta sensación es más sorprendente que cualquier maravilla que el ojo pueda ver. En este punto, los rsi no fueron muy distintos que Wittgenstein: que el mundo exista es mucho más sorprendente de cualquier cómo el mundo exista."
"Esas aguas a las que hacen permanente referencia los textos védicos, se parecen a las jeunes filles de Proust. ¿Existían de verdad Andrée o Albertine?, se pregunta cómo aturdido, Marcel en La Prisonniere. Lo mismo sucede con las aguas. No por casualidad las jeunes filles se confundían desde un principio contra el fondo marino, en el aire impregnado de un vapor salobre y azulado a lo largo del muelle de Balbec."
"Persistía en Prajapati aquel sentimiento mortificante de no existir, que lo acompañaba desde siempre. Miraba alrededor, perplejo. Todas las criaturas estaban convencidas de existir, salvo él, que les había dado existencia. Prajapati, que apenas acababa de hacer surgir los seres, se sentía de más." Es prácticamente imposible intentar siquiera resumir el argumento de Ka pero me llama la atención que entre tanta historia, tanto personaje entrelazado no llegara a perderme en ningún momento y no sé como lo consigue aunque uno de sus talentos esté quizás en no soltarnos el rollo tópico sobre mitología sino que la confronta continuamente con nuestra naturaleza humana, deconstruye de alguna forma esta mitología que nos queda tan lejos y la hace accesible porque va creando historias en las que nos vemos reflejados : "Todo amante ama sobre todo a un ausente. La ausencia antecede a la presencia en el orden jerárquico. La presencia es solo un caso particular de ausencia. La presencia es una alucinación que dura un cierto tiempo, y que no disminuye el dolor en absoluto." El secreto creo que puede estar en la estructura con que Calasso viene a abordar Ka: divide su obra en capítulos y cada uno de los párrafos de cada capitulo, algunos más largos, otros más cortos, podrían funcionar como piezas o postales que aunadas forman un compendio, pero si probamos a separarlos podrían funcionar como micro-cuentos o poemas por sí solos. Estos párrafos se pueden sostener solos, y al igual que en el Diccionario Jázaro, da igual por donde empecemos a leer, siempre estas pequeñas piezas podrían valerse por sí solas: "-Pero a Siva no le preocupa nuestra suerte, ni la del mundo-, dijeron los dioses, melancólicos. -Siempre está inmerso en sí mismo."
"La fuga de
Usas, temblando de terror y tropezándose en sus vestidos recamados,
mientras el rayo de Indra destruía su carro, no fue una visión
reconfortante.
Olvidaban que aquella muchacha había sufrido la
persecución de los dioses y de los hombres. Había sido la primera
en sufrir la suerte que desde entonces suelen correr las mujeres
bellas: la de ser perseguidas y desterradas."
Y al igual que en las obras mencionadas de Vollman y de Pavic, leer Ka se convierte en una aventura deliciosa por penetrar en estas historias brillantes, misteriosas, eróticas, poéticas, que no dejan de fluir gracias al estilo tan envolvente de Calasso: “Se ocuparon antes de la gramática que de la gloria. En cuatro mil aforismos, llamados sūtra, analizaba la fonología y la morfología del sánscrito, lengua atravesada por la luz”. Desafía a la forma y se centra sobre todo en los temas que le interesa resaltar a través de esta mitología porque realmente en lo que Calasso está interesado es en establecer estas referencias filosóficas que tanto le interesaban confrontándola con la vida pero a él le interesan sobre todo las historias, no tanto los argumentos y estoy por decir, que ni siquiera la mitología: las narraciones, los cuentos mitológicos no dejan de ser un reflejo del mundo real y él los interpreta estableciendo una narrativa muy coherente, así que por eso tengo la impresión de que aquí está mas interesado en la filosofía que en la mitología, que usa como una mera herramienta. "-Un día sabrás-, dijo Vinata, bajando la voz, - que nada puede ser exterminado, porque todo deja un residuo, y todo residuo es un inicio". El uso que hace Calasso de la mitología es fascinante porque explora las conexiones, así que imagino que este Ka al igual que está muy conectado con El cazador celeste, de igual manera lo estará con el resto de su obra. Quizás debía haberme atenido a leerle cronológicamente, pero ya digo que en lecturas, nunca tengo nada planeado.
“Que la vida mental sea continuamente invadida...¿por qué? Y esto se reveló como la última de las esclavitudes, aquella a la que conducían las otras. La vida mental: objetos que surgen incesantemente, se aposentan, obsesionan. El gesto de aferrar, de estirarse, como la delgada garra de un mono. Está es la imagen más preciosa de de la vida como tal: la inquietud."
El
despertar de la conciencia de sí mismo, o el concepto de sacrificio
que a la larga se convierte en masacre, también era una obsesión
que abordaba en El
cazador celeste,
pero aquí en Ka, lo convierte menos en un ensayo y más en una
sucesión de historias que fluyen por sí solas, pero son los grandes
temas filosóficos a los que Calasso vuelve una y otra vez, y en este
aspecto el capítulo 8, que es uno de los más largos, es el más
clarificador, porque aquí siete sabios se turnan para discutir sobre
la naturaleza humana, abordando este tema esencial en torno al
surgimiento de la conciencia: “Uno es lo que
sabe. Uno se convierte en lo que piensa”.(En el Diccionario Jázaro de Pavic, si no recuerdo mal, había un capítulo en torno a lo mismo)
"Desdeñosas
de todo saber articulado, las gopi solo conocían la alternancia
entre el contacto que libera y la privación que paraliza.
Permanecían indiferentes a todas las posibilidades intermedias, que
las que conforman la vida común. Precisas y diligentes a pesar de su
apariencia de sonámbulas, atendían las labores cotidianas:
ordeñaban las vacas, cuidaban los niños, alimentaban el fuego.
Cuidadosas y serviciales, pero ausentes. Una sombra se deslizaba
sobre sus ojos vacíos y bruñidos, en los que solo aparecía el
reflejo de un pensamiento cuando se sentaban a maquillarse. En ese
momento conversaban con el espejo como si ambas imágenes de su
rostro fuesen tejidos ligeros, adheridos al aire que las separaba,
donde quizás acababa de instalarse el fantasma de Krsna.
Krsna
es el perpetuo ladrón de sí mismo. Es la emoción que roba al
corazón."
"La vida pasaba como si Krsna nunca hubiese estado entre ellas. La separación, el vacío y la ausencia eran las nuevas emociones, las únicas."
Calasso recompone esta mitología para transmitir sus obsesiones en torno a la naturaleza humana pero si a esto le añadimos su firme erudición, esta imaginación suya desbordante y el estilo literario que por momentos da la impresión de enlazar un poema con otro en forma de pequeña historias, el resultado es una novela mitológica que no solo me ha abierto a un mundo que realmente no conocía y del que soy una profunda ignorante, sino que además ha conseguido que me interese por un tema que a priori nunca me interesó, y sin embargo, no he podido disfrutar más de esta obra absolutamente fascinante:
La traducción es de Edgardo Dobry.
"¿Cuál era la diferencia entre Sati y sus otras hijas? No era más bella que las otras; solo, quizás, su expresión algo más grave. También misteriosa. Y algo que Daksa observaba con estupor: poseía otra forma de tristeza, sin motivo. Como si en ella se vislumbrara cómo es la mente cuando se vuelve interna, oculta. Algo que el mundo ignoraba todavía."
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